Highway to hell

Esto es: , , ,

...y la multitud que mira toda apretada
como corderos colgados
y yo pienso que si vamos a rebelarnos
¿Ahora?
Matemos al chofer
y a los milicos
que viajan sin pagar y ocupan los asientos
matemos al chofer
Y después vayamos por el dueño de la empresa
y colguémoslo también
como a Mussolini , ¡pero de las bolas!

Fragmento del poema Cómo te quiero Ko Ko
de Héctor Kalamicoy

Cuánta razón, Héctor. Cuánta razón cuando mirás para atrás y no hay nada. Los asientos ocupados. Y las miradas desconcertadas que piensan "¿pero no era que en la Terminal te venden hasta que se agotan los asientos?". Parece que hoy no. Cuánta razón, Hector, y miramos para el frente, buscamos al chofer y no hacemos nada. 

¿Cuándo vamos a rebelarnos? No será esta noche, para qué hacer quilombo. Si seguro que en la próxima parada se bajan un par y podemos sentarnos.

Cuánta razón tenías, Héctor, porque se subieron tres más. Y no se bajó nadie. Y los adolescentes sentados, con sus celulares escuchando música, reproduciendo videos y la señora con las bolsas repletas de pie, haciendo contorsiones en el pasillo estrecho, buscando sitio donde agarrarse. 

Cuánta razón, pensará la chica que desde el fondo del pasillo se abre paso a duras penas entre la gente, nerviosa, porque el colectivo está por arrancar de nuevo y va a perder su parada. Su valija golpea, se traba en los asientos, el pasillo aún no termina.

Cuánta razón, Héctor, porque el aire cada vez está más viciado, ya se mezclan los perfumes corporales, los ácaros amontonados en los asientos. Y pensás, cuánta razón, esta es la última vez. La próxima nos rebelamos.

Esa próxima que no llegará. Porque estás a pocos kilómetros de arribar a destino y se desocupó un asiento. Y no importa si el de al lado te ocupa la mitad, si vas enrollado como bicho bolita, si igual no tenés cinturón. Sentís que ese asiento te devuelve la dignidad que perdiste en dos tercios del viaje. Y te olvidás.

Cuánta razón tenés Héctor. Tanta razón que seguro este post podría abarcar más caracteres. Pero se hace tarde y tengo un colectivo que tomar. Debo darme prisa, no vaya a ser cosa que llegue sobre la hora y después tenga que viajar parada.


De blogs y tiranías digitales

Esto es: , , , , ,


Se sentía hace bastante. La expectativa era latente en las caras de ansiedad, y la actividad desmesurada de Twitter. Los organizadores bombardearon –sin la violencia de Gadaffi o las Naciones Unidas- todas las esferas mediáticas para anunciar lo que sería un evento imperdible. Coherente con la propuesta, el Roca Blog Day se apropió de lo transmedia para acaparar la atención de la tv, la radio, Internet y hasta la “prehistórica” interacción cara a cara. Porque los avatares cambiaron los arrobas por nombres reales. Y las fotos de perfil por cuerpos de carne y hueso.

El auditorio del diario Río Negro estaba frío para evitar bostezos. No es que las presentaciones resultaran aburridas. La jornada fue larga y tras un almuerzo llenador –el cual de seguro agradecieron los gastronómicos de la zona- fue difícil no pensar en una siesta reparadora al abrigo de las luces tenues y los sillones mullidos que la decoración del evento había preparado.

Los estudiantes copamos la sala desde temprano. Los viejos y los nuevos. Es que la máquina de construir periodistas y bloggeros que lidera el triunvirato Rost-Bergero-Solaro es incansable. Como se dijo ayer: bloggeros nos hacen, nos obligan, sí. Y lo bien que hacen.

Claro que también estuvieron los “extranjeros”. Profesionales que llegaron desde distintos puntos del país y, cual viaje de estudios, no se conformaron con dar el presente en la tercera edición del encuentro roquense. Aprovecharon todo minuto libre para recorrer y sacar fotos a cuanto atardecer o rincón vistoso encontraran en la city manzanera.

Y los neuquinos, los locales, los colegas que se encontraron y no abandonaron conversaciones políticas o periodísticas ni en la pausa para la ensalada o la pizza suculenta.

- ¿Están preparando su Proyecto Walsh? - un periodista pregunta, atento a una charla.
- (Risas) Algo así - contestan las estudiantes/periodistas/bloggeras que acompañaron la comida con los anotadores listos y las lapiceras filosas. Imposible salir de ese auditorio sin ganas de perseguir autos como un perro.

Hubo conferencias, charlas, debate. Hubo cabecitas concentradas en las pantallas portátiles que sirvieron para mantener al tanto a quienes no pudieron estar. Hubo risas, prezis, power points y algunos que otros términos difíciles que pasmaron a más de uno.

El final se los debo. La tiranía del papel obligó a bajar un piso rápidamente para escribir la nota que sería impresa minutos después. El lugar guardado era pequeño y una publicidad enorme (e intocable) obligó a escribir unas líneas escuetas.

Menos mal que existe el blog. Con su libertad narrativa, su ausencia de intermediarios y sus caracteres infinitos. He aquí otro desquite sin presión, sin obligaciones, ni prioridades comerciales. Pero con las ganas renovadas y la pasión intacta.

Sitio oficial
http://www.rocablogday.com.ar

Fotos del evento
Sitio oficial
Diario Río Negro