28
jul
2010
Esto es: lo que pienso , vacaciones
Quizás en algunas situaciones esta desnudez de embalaje pase desapercibida. Parece exagerado pensar que realmente sea tan importante. Pero el panorama puede ser desalentador al salir en busca de opciones para este receso invernal que tanta recreación ha prometido. Aquí algunos ejemplos desafortunados.
Episodio 1. Noche de cantobar en el Casino de Neuquén. “Un lugar tranquilo para charlar y tomar algo”, dice la opinión popular. ¿Una opción acertada para un grupo de veintipicoañeras? Un rápido vistazo alrededor vaticina la respuesta. Un trío musical arrastra a su público de solteros cuarentones y parejas añejas a un karaoke desafinado. Ahí pasan los temas de Gilda, Marco Antonio Solís, José Luis Perales, Sandro. Las veintipicoañeras se miran, ríen ante lo bizarro, pero saben que han errado el lugar. Temen tararear los temas que escuchan por temor a sentirse viejas. Pero, ¡que va! Si se los saben por algo será…
Miran el reloj cuando termina la función. La música bailable está por comenzar, pero ya es tarde y es jueves. A los veintipico ya no se permiten tales aventuras.
Episodio 2. Mejor suerte si se prueba con un lugar más afín a las necesidades de la juventud. Multitud, bebidas a gusto y música. Música a todo volumen, música de ahora, música… ¡desconocida! Otra vez la frustración mientras el grupo que ya se siente el "pami", cabizbajo, ve pasar los raros peinados nuevos, la frescura de los adolescentes despreocupados que salen un sábado –todos los sábados– sin importar frío ni sueño.
Será un trago y un taxi a casa. No verán el amanecer capitalino… Es que los veintipico ya pesan en los párpados cansados.
Y sí. Sucede que llega cierto momento de la vida en que no nos queda bien ningún envase. Pero mientras renegamos con las generaciones de adelante y nos sorprendemos con las que vienen atrás seguimos construyendo. Y entonces llegará el día en que ese no lugar sea una añoranza. Será cuando nos encontremos en el escenario de un karaoke desafinando, mientras -unas mesas más atrás- un grupo de veintipicoañeras ría ante nuestras canciones, tan pasadas de moda.