Bailando por un decreto

Esto es: , , ,



El "ya" son los padres. No me lo creo más. La inmediatez prometida con tan simple monosílabo, como el Papá Noel que baja todas las navidades por la chimenea, es un invento. No existe.

Y si alguien piensa lo contrario que pruebe hacer un llamado a la oficina de Leyes y Decretos de Neuquén. Y que después cuente cómo le fue.

Leyes y Decretos es un brazo más del Estado provincial cuya función es facilitar el acceso a -justamente- leyes y decretos de la provincia. Es, según lo definieron sus empleados, la "última partecita" de las normas: el famoso archívese.

El procedimiento para acceder a tales documentos es -debiera ser- sencillo. Se llama al número de teléfono de la oficina, se indica la norma buscada y se deja un correo electrónico a donde Leyes y Decretos enviará el pedido, de manera casi instantánea.

Bueno, eso en teoría. Porque las frases "ya te los envío", "en un ratito los mando", "los estoy enviando" son repetidas al hartazgo por el personal, hasta que pierden sentido. Hasta que el usuario habitué y la persona detrás del teléfono oficial establecen una especie de complicidad tácita: uno sabe que está mintiendo, el otro sabe que le están mintiendo, pero no confronta. Corta amablemente el teléfono y espera.

Al principio, para todo novato suele ser fácil. El problema comienza cuando uno se hace llamador o llamadora frecuente. De esos a quienes los empleados reconocen el correo electrónico y, por ende, cansados de tantos pedidos, se animan a preguntar: ¿Y vos de qué Ministerio sos? ¿De dónde llamás? Como si falta hiciera justificar por qué uno quiere leer el decreto que indica cuánto dinero paga el Consejo Provincial de Educación para alquilar un edificio que apenas usa. O por qué declara de interés provincial el concierto de Raúl Di Blasio o, si vamos más lejos, cómo se gestó, aprobó y cuánto costó el Plan de Seguridad de Sobisch.

Y así queda uno actualizando tres veces por minuto la bandeja de entrada sin suerte. Esperando el milagro que dija "un mensaje nuevo". Uno o los que sean. Todos los que decidamos pedir.

El acceso a la información pública es un derecho constitucional y una de las mayores deudas del Estado neuquino. La hegemonía unipartidaria que la gobierna casi desde su nacimiento supo hacer de la provincia una fortaleza de secretos y arbitrariedades abierta sólo para unos pocos.

La insistencia, la búsqueda y la paciencia son vitales y necesarias para que ciudadanos y ciudadanas hagamos respetar nuestro derecho. Mal que le pese a quienes estén del otro lado, no hay otra opción que seguir llamando, pidiendo, molestando y recordándoles que esos papeles que hoy les tocó tener son tan de ellos como tuyos y míos. Y que si los pedimos ahora es porque los queremos ahora y no mañana, pasado o "en un ratito" que, sabemos, significa que no llegará nunca.

Si querés probá: 
Leyes y Decretos +54 (0299) 4495120

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Por favor, ¿me pide un decreto?, por Guillermo Berto


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